miércoles, 20 de agosto de 2008


REFLEXOS

Non sempre preciso decir todo. As veces minto sin nengún remordimento. Ou simplemente non preciso decir máis, non é preciso, non ven a conto, incluso sobra. Cando sinto que @ outr@ non precisa de min para situarse, para estar no seu lugar. Cada vez gosto máis do silenzo, o silenzo de verdade, sen angustia. Creo que moitas veces as palabras solo serven para non viver o momento, a sensación....para evitar o que está pasando, para non sentir. Compartir o silenzo é para min como unha aperta moi intensa e profunda. Outra cousa é a miña verdade, a verdade das persoas que quero, as persoas coas que comparto a vida. Coñecer, saber cál é a túa verdade , os teus límites, a túa realidade, necesidades, valores, desexos, onde estás respecto a min. Recoñecer a verdade d@ outr@, e darlle valor. Darlle a oportunidade aos demáis de ser. Cando eu son, ti eres. Si ti non me dis a túa verdade, eu non podo ser contigo. E compartila, expresala. Darlle aos demáis a oportunidade de situarse respecto a miña verdade. Ou no outro lado, que ti me des a oportunidade de coñecerte, respetarte, de situarme respecto a ti. Por moi dolorosas que sexan as verdades, son o único san. Son a única oportunidade para situarnos, poñer os propios límites, coidarnos, decidir. Por moi dolorosas que sexan as verdades dannos a oportunidade de non abandonarnos a nos mesm@s, de recollernos, de ser con nos mesm@s. O camiño para encontrar a paz.



6 comentarios:

insomniorizar dijo...

eSTOU MOI DE ACORDO CO DO SILENCIO, EU TAMÉN CADA VEZ PRECISO MÁIS DEL,, FOI COMA MEDRANDO, E AINDA QUE TEÑO FAMA DE FALADORIÑA DENDE BEN PEQUERRECHA( VENME DE FAMILIA, E ADEMÁIS CRIEIME NUNHA TABERNA), cada vez preciso máis do silencio, desa verdade que todoo clarexa e o enche de sol.

Agora, o que pasa e que teño o temor de que este silencio, medre e medre, ata que o encha todo, ata que todo sexa silencio. Pode ser, si, pode ser que eso suceda e pode ser que lle teña medo. pode que do que esté a falar entón é do medo a morte!
Quizais si.

Bueno, despois de estas verbas, tan so quería darte a benvida a esta familia, a este río dixital que enchemos de verbas e faladorias, de silenzos, soños e insomnios.

Un saúdo dende o outro lado do Ribeiro.
A ver si lle das un empuxón

Mauro Trastoy dijo...

Ánimo con el blog.
Te seguiré la pista de cerca...

10000 besos

Unknown dijo...

Silenzo… verdade… mentira… coñecer ao outr@... compartir… atopa-la paz…
Procura-la sinergia entre sentimentos e actitudes para atotapa-la paz. Si, pareceme moi bonito. O certo e que no silenzo moitas veces encontrámosnos coa verdade. ¿Pode ser o silenzo o verdadeiro dono da nosa verdade?
Moitísima sorte Geluka… Bicazos…

bacterio dijo...

sobre las reflexiones de la verdad de una noche de verano

mi verdad, tú me preguntas sobre mi verdad. y yo pienso: “¿cuál de ellas?”. qué verdad quieres saber de mi? mi verdad personal, mi verdad social, mi verdad profesional, mi verdad íntima, aquella que yo mismo tengo miedo de hablar conmigo... la verdad es un concepto muy fluido. por mucho que la Santa Madre Iglesia (con Mayúsculas) pretenda acernos creer en una verdad absoluta, lo cierto es que la verdad es dinámica, cambiante. los físicos teóricos la colocarían en función del tiempo. los filosofos la llevan buscando siglos. para los matemáticos es exacta. para mi, nosotros los mortales poseemos un conjunto de verdades, que evoluciona con nuestras vidas... quizás exista la verdad absoluta, pero nosotros no tenemos la capacidad de apreciarla. yo prefiero quedarme con aquella fantástica puntualización de Kevin Spacey en “Medianoche en el jardín del Bien y el Mal” que decía algo así: “la verdad como el arte y el deporte, se encuentra en los ojos del que mira. tú crees lo que eliges creer, yo creo lo que sé”
nosotros los mortales debemos aprender a identificar y aceptar esa combinación de verdades que nos hace únicos. es el camino hacia nuestra paz interior. no depende de nadie más, de ninguna otra persona u objeto. puesto que nuestras verdades son dinámicas, es un camino sin fin, que dura toda la vida. aseméjalo si quieres a la búsqueda del Santo Grial. sólo el final de nuestros días pone término a la búsqueda. lo importante es no cesar en nuestro empeño. la continua búsqueda de nuestras verdades, y cuanto más nos acerquemos a su aceptación total y sin condiciones es lo que nos traerá la paz interior, y nos dará la felicidad.

moitos bicos

Chousa da Alcandra dijo...

Non hai duda de que o pensamento silente resulta ser, en moitas ocasións, altamente gratificante. Eu, en moitísimas ocasións, móvome nun ruidoso silencio...

Alédame moito ver o teu blog.
Un bico dende o Ulla

Andres Martinez Varela dijo...

Había una vez un psicólogo que se fue a pasar un año sabático a una granja por sufrir estrés. Pagó el año por adelantado al dueño de la granja, que era explotaba tierras y animales. Después de un mes de vida contemplativa se empezó a aburrir, de manera que al final le pidió al granjero que le encomendase alguna tarea que pudiese realizar. El granjero no entendió nada, pero cuando el psicólogo le dijo que no pensaba cobrar, que sólo lo quería para distraerse, se le ocurrió darle un trabajo engorroso, llevándolo ante un montón de estiércol de más 50 metros de altura.
- Mire, tengo que trasladar este montón de abono a aquel solar que hay a 300 metros, pero sólo podrá utilizar esta pala para llevarlo, ya que el tractor y el remolque los estoy utilizando. Si quiere, aquí tiene trabajo para dos o tres meses.
El psicólogo aceptó, y cada mañana se levantaba temprano, y cuando volvía al anochecer, estaba sucio de estiércol y sudor, pero sonreía y tarareaba canciones. A las dos semanas se plantó ante el granjero para notificarle que ya había acabado. Estupefacto vio que sí, y más atónito se quedó cuando el psicólogo le pidió otra tarea.
Esta vez le llevó a una nave industrial, inmensa, y que estaba llena de gallinas.
- Necesito deshacerme de estas gallinas, hay miles y siguen poniendo huevos, y el comprador sólo las acepta si se las mata por el método tradicional, romperles el cuello, con esto tendrá trabajo para varias semanas, seguro.
El psicólogo aceptó, y siguió con su rutina de madrugar y volver por la tarde, volvía lleno de arañazos, sudado y con plumas, pero feliz, tarareando sus cancioncillas. A los diez días se plantó ante el granjero para notificarle que ya había acabado. Éste quedó asombrado, y viendo el potencial de tener un trabajador incansable gratuito, decidió darle un trabajo más urgente.
Le llevó a otra nave industrial, inmensa como la anterior, que estaba llena de patatas.
- Necesito vender estas patatas urgentemente, como mucho en el plazo de dos semanas, pero el comprador sólo lo hará si le vendo por separado patatas grandes de patatas pequeñas. Viendo al ritmo que usted trabaja, no tardará ni diez días.
El psicólogo aceptó. Volvió a iniciar su rutina, pero ahora volvía limpio y ya no tatareaba, y un cierto rictus de preocupación se notaba en su rostro.
El granjero notó estos cambios y se preocupó, y a pasada una semana decidió acercarse a ver cómo iba todo.
Su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que el montón de patatas seguía intacto, y que sentado en un banco estaba el psicólogo contemplando pensativo una patata que tenía en su mano, mientras en el suelo había un pequeño montón de patatas grandes y otro de patatas pequeñas. La cercanía del día de venta provocó que el granjero se alterase y le dijese al psicólogo qué estaba haciendo, o mejor, por qué no estaba haciendo aquello a lo que se había comprometido.
El psicólogo le miró tranquilamente, sin alterarse y le respondió.
- Supongo que es una limitación de mi profesión, yo soy psicólogo, ¿sabe usted?
- ¡Y qué! ¿Eso le limita para realizar tareas sencillas?
- No, mire, deje que me explique. Los psicólogos no tenemos problemas en remover la mierda, y creo que se lo he demostrado con el estiércol, ni en retorcer pescuezos, como le he demostrado con las gallinas, ¡pero no vea usted lo que nos cuesta tomar decisiones!